percepción social es que lo recibido del sistema educativo sirve muy poco para lo que el mercado espera ya que a los centros de formación les es difícil de acompañar el ritmo de la revolución tecnológica:
· no cuentan con planes de formación flexibles, dinámicos y concertados con el empresariado;
· se manejan con métodos de enseñanza que son casi los mismos que existían hace cinco o diez décadas;
· falta personal docente calificado, con experiencia práctica en la profesión para la que forma y que siga al día los cambios tecnológicos;
· tampoco se ve cercana la incorporación masiva de tecnologías de la informática o de redes de comunicación en la capacitación de personal.
En resumen, ni los empresarios sienten que las instituciones de enseñanza adaptan su sistema, contenidos y metodologías a lo que necesitan, ni los centros de formación encuentran que los empresarios tengan definido lo que ellas deben hacer.
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